sobre daniel böhm

 

Hay algo profundamente extraño en la obra de Daniel Böhm, algo alejado de nuestro tiempo, algo sin tiempo. Estas películas sugieren apariciones del pasado, películas que se ven y se sienten como viejas películas. Esto es un cumplido y no una crítica, porque al desarrollarse las imágenes hacen que uno se dé cuenta que está mirando la historia misma del cine. Al insertarse en esta estrategia artística, la obra de Böhm crea una experiencia semejante a un reencuentro filogenético  con la esencia de la cinematografía. Al comprometerse con el aspecto colectivo de la naturaleza humana y rechazar las trivialidades momentáneas del drama humano, las películas de Böhm crean una narrativa universal de psicología plurisexual actuada a través de sugestivos bailes de actores silenciosos.


No se hace ninguna concesión a temas formales o estéticos; todo en estas películas es empujado conscientemente hacia una narrativa. Esta narrativa no es específica, pero se inserta en el desarrollo y la conciencia de la evolución de la psicología tal como tuvo lugar en el siglo XX. Los personajes mismos son arquetipos universales; transmiten la emoción y el argumento a través de gestos y símbolos universales. Insinúan agresión, sobrevivencia, confrontación, exploración sexual y psicológica, pero al final implican al espectador en relaciones que son mutuamente transferenciales. La percepción psicológica no está sólo relacionada a través de la cara y el cuerpo de los personajes, sino también a través de su posición y movimiento en el espacio (se arrastran por el piso, dan golpes a los muebles, acurrucan un objeto). Sorprendentemente, casi siempre esto se expresa a través de una fotografía en blanco y negro y con una experta dirección de los actores. La fotografía, la acción y la coreografía de los personajes de Böhm crean paisajes psicológicos alegóricos que simultáneamente proporcionan un lugar para la metáfora, que luego puede enriquecer las capas de significado de la obra.


El vínculo de Böhm con los clásicos del avant-garde de la historia de la cinematografía (Resnais, Bergman, Antonioni) define su posición original frente al panorama del cine contemporáneo, donde predominan las acciones rápidas y las narrativas explícitas. Al mismo tiempo, Böhm se distancia de los artistas de video actuales que frecuentemente superponen sus obras con video clips para la televisión, la publicidad y la música. La mayoría de las películas de Böhm no tienen texto ni diálogo, lo que refuerza la idea de la cinematografía como un arte puro, diferenciándolo del teatro y de la literatura. Rechazando parcialmente la teoría posmoderna de la imposibilidad de una narrativa maestra, Böhm en cambio trata con la condición humana a través de cuentos psicológicos kinestésicos. Aunque estas películas pueden verse consecutivamente o por separado, en última instancia están vinculadas por un sistema de relaciones, una meta-narrativa que puede dividirse en pedazos y ser luego juntada nuevamente, que puede ser disuelta y luego re-estructurada. Aqui existe un principio de simultaneidad, que para mí, para los argentinos, no puede más que evocar al ‘Aleph’ de Borges. De igual manera, en la obra de Böhm, todo toca todo.


Osvaldo Romberg

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