Dice el director sobre Retratos:

“Retratos” es un film especial en mi filmografía. Tiene una narrativa nada convencional. Una trama mucho más abierta, una desprolijidad orgánica, viva. Creo que con este film comienzo una nueva etapa, en donde controlo mucho menos lo que resulta. Y lo que resulta se parece mucho más a lo que quiero decir.

Es discutible si este film es “video-danza” o no. Hay danza, sí, pero la coreografía está adentro de la imagen, en el mismo fotograma. En otras películas bailaron las personas, hice bailar a la cámara o a la edición. Pero esta vez baila la luz: es pura vibración de la imagen.

Cuando puse los títulos finales, Mayra Bonard, que me acompañó creativamente en este film, se negó a firmar la coreografía. “Pero si casi nadie baila!” dijo. Y es cierto, el que baila es el film, el coreógrafo esta vez soy yo.

El film se mete con el concepto tradicional del retrato, reflexionando sobre el retrato pictórico, el fotográfico. De hecho, Laura Batkis, directora de programación del Recoleta, seleccionó esta obra como una “muestra de Artes Visuales”: la exhibición esta vez será una video instalación. El film se presentó en enero de este año como un work in progress, en principio para una muestra comisionada por una Universidad israelí en el desierto del Negev y curada por Osvaldo Romberg.

Una importante diferencia de un “retrato cinematográfico” con la pintura y la fotografía es el Tiempo, claro. El cine sucede en el tiempo, pero aquí el tiempo resulta misterioso y simultáneo. El pasado y el presente se superponen. En un mismo momento está el niño y el viejo, lo que fue y lo que no, se hace visible lo imposible.

Este film es un gran collage de tiempo, personas y sonidos, pero también, de técnicas cinematográficas. El instrumento con el que miro a estas personas, además de mi ojo, es el Cine mismo. Por eso usé el Súper 8, el formato de mis primeros cortos, que encierra toda la magia del cine, su potencia emocional. Y lo uso en distintas formas: en Color y Blanco y Negro, animaciones cuadro a cuadro, time lapse, etc... La textura antigua del Súper 8 convive el video High Definition, la foto fija, el video de baja resolución… Una mezcla de soportes que funciona porque va creando una cartografía temporal en donde el tiempo se convierte en espacio, y el espacio en tiempo.

La edición es el instrumento más preciso para componer una partitura audioviusal. Martín Corujo, mi editor y artista plástico, me ayudó a plasmar ese nivel de lo intangible que el cine comparte con la música.

Las cuatro mujeres que filmé son mujeres que quiero y que admiro, llenas de vitalidad, de pasión y belleza. Casi todas son mis amigas íntimas y también fueron amigas de mi madre. Son tal vez una versión imaginaria de mi madre, una versión del amor puro.

Daniel Böhm

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